jueves, 24 de diciembre de 2009

ENTREVISTA Y CRÍTICA DE "EL GOLFO DE LOS POETAS" APARECIDA EN "LA BIBLIOTECA IMAGINARIA" ( 21/12/09, Cristina Monteoliva)




Hoy tenemos el gusto de ofreceros en La Biblioteca Imaginaria la interesante entrevista que nos ha concedido Fernando Clemot hace unos días vía email. Fernando Clemot ha tenido un buen año 2009: ha publicado su novela El golfo de los poetas (de la que hablaremos con él a lo largo de este artículo y, como siempre, hallaréis la reseña tras las palabras del escritor) y ha ganado el premio VI Setenil al mejor libro de relatos publicado en España por su libro Estancos del Chiado.


En fin, amigos, que no os entretengo más, aquí os dejo con la entrevista:


¿Cuándo comenzaste a escribir?


Lo mío con la escritura no fue algo vocacional ni nada parecido, de hecho pensando en el tema creo que indudablemente tuve que llegar a escribir de mano de la lectura, ya que desde muy joven sí que fui buen lector. No había escrito nada (con excepción de una historia de romanos que debí escribir con nueve años bajo el influjo de la serie Yo Claudio y Quo Vadis) hasta los veinticuatro años. Por entonces trabajaba en la administración y se organizó un concurso de relato corto en el que fui premiado. Aquello debió mover algo, como esas reacciones químicas de laboratorio, una primera eclosión moderada que afectó a la estructura de la composición, ya que aquel pequeño concurso hizo que me volcara de una forma decidida en la escritura.


¿En qué género te encuentras más cómodo?


En estos momentos en la novela. No escribo cuentos desde hace cinco años. Desde esa fecha hasta ahora he escrito dos novelas y creo que en estos momentos tengo más fresco el tempo de la novela, una forma de escribir no tan inmediata como la que exige el cuento, que creo que demanda un trabajo más de orfebre y de precisión que de largos plazos.


¿Imaginas tu vida sin la literatura?


No en estos momentos. Sobre todo por la lectura ya que, aunque me resulta molesto y me genera angustia, he podido pasar largas temporadas sin escribir. Dejar de leer y escribir sería una limitación excesiva, una carga que llevaría mal, desde luego, aunque creo que como cualquier imposición que limitara mi libertad.





Este año has publicado El golfo de los poetas y te han concedido el premio VI Setenil al mejor libro de relatos publicado en España, ¿qué ha supuesto todo esto para ti?


Posiblemente he ganado una visibilidad que no tenía. Aunque tanto “El golfo de los Poetas” como “Estancos del Chiado” eran libros escritos hace tiempo han sido en este año en que se han editado y han tenido repercusión. Antes había tenido una buena trayectoria en premios de cuentos pero lo del Setenil creo que ha sido una bonita conjunción de elementos, un hecho que posiblemente marque un antes y un después en mi carrera, tanto por la entidad del premio como por el hecho de que lo ganara desde una editorial minúscula y con una distribución manual. También que lo ganaran en años anteriores libros que luego tuvieron una gran notoriedad (en el caso de “Los girasoles ciegos”, o el de Pàmies y Fernández Cubas) y que en la final hubiera nombres y libros de relumbrón ( como los de Bonilla, Millás o Molina Foix) le ha dado una significación especial. Creo que este hecho demuestra que no todo el mundo de los premios literarios apesta (aunque una parte muy grande de los premios de novela están “pasteleados”) y queda todavía un espacio para los premios limpios y los jurados que no se mueven por intereses, amiguismos o manipulaciones. No lo digo porque ganara yo, si hubiera ganado Millás, Bilbao o Márquez hubiera sido igual de justo y limpio todo, pero seguramente al ganar un semidesconocido como yo se hizo todo más expreso.


¿Cómo surgió la idea de escribir “El golfo de los poetas”?


Buena pregunta. He tenido que pensar bastante ya que es una novela que empecé a escribir a principios de 2005 y cuyos primeros momentos tengo perdidos entre tinieblas. Creo recordar que se dibujó primero un escenario general que eran unas vacaciones en familia como fuente de conflictos. Las vacaciones son un escenario de tensiones inigualable: en ningún momento del año estamos más juntos y nos podemos odiar más y mejor que en unas vacaciones. Luego ya ahondé en una personalidad problemática como podía ser la del personaje central, Leo Carver, luego fueron apareciendo su mujer, su hija, y esa amiga o amigo insoportable que siempre hemos tenido que tragar en nuestras parejas. Recuerdo que aquellas primeras semanas busqué la casa donde tenían que pasar las vacaciones, como si realmente fuera a alquilarla, la busqué hasta que encontré unas fotos del tipo de casa que buscaba. Tenía jardín y estaba en cuesta; también tenía una piscina, tres plantas y estaba pintada de color crema. Era la casa de Leo. La memoricé en sus rasgos y también me dibujé un pequeño plano que me puse frente al ordenador. En todo momento traté que el espacio de juego fuera conocido, familiar, y la mejor forma de que eso fuera así era que yo lo sintiera como mío, que tuviera una imagen exacta del lugar donde tenía que moverse buena parte de la novela.





¿Cuántas veces has estado en el lugar donde transcurre esta historia?


He estado en Carrara, Pisa y toda la zona de costa de Toscana y Liguria bastante. En concreto la zona de Marina di Carrara me pareció un lugar hermoso y evocador. En pleno verano desde la playa hay una vista muy hermosa de las Montañas Blancas, las montañas del mármol con sus explotaciones mineras brillan como si estuvieran nevadas. Luego también desde los miradores que hay en la sierra (en concreto desde el de Campo Cecina sobre las canteras) se puede sacar material para el recuerdo, para una memoria atormentada que brille como el mármol en la oscuridad.


¿Y has escrito allí?


La verdad es que cuando estuve allí no escribí ni una letra aunque sí que bebí bastante y creo que para el lector de “El golfo de los Poetas” le resultará igual de reveladora una circunstancia como la otra. Por aquel entonces escribía muy poco.


¿Te sientes identificado con Leo Carver?


Leo Carver no es un personaje simpático. No es ningún arquetipo ni modelo de nada. Es un personaje extremo que sobrevive como puede a su instinto de destrucción aunque en este precipicio sin fondo en el que vive mantiene una cierta coherencia autodestructiva.


¿Crees que si su vida hubiera sido de otra manera si los hechos terribles de su juventud no hubieran llegado a suceder?


Si Leo Carver no hubiera tenido la historia de Val en la recámara hubiera buscado otra que le sirviera de excusa. Simplemente busca un punto, un elemento que le sitúe en el momento en que las cosas le empezaron a ir mal. Busca un chivo expiatorio en su pasado, un hecho que le haga pensar que si hubiera ido en otra dirección todo hubiera ido mejor. Es difícil reconocer de una forma directa un fracaso ( en este caso su vida) sin buscarle peros y circunstancias que atenúen el peso de nuestra culpa. En este caso la historia de Val es una salida, un recurso mental para ahuyentar un error de peso, un error de fondo.





¿Qué esperas que encuentren los lectores en El golfo de los poetas?


El golfo de los Poetas es una historia intensa y dura, narrada desde un yo hegemónico y ambiguo. Hay un narrador poco fiable. No es evidentemente una historia divertida pero creo que si el lector acierta a entrar en la dinámica mental del narrador puede obtener un acercamiento a un infierno personal. Sería como acercarnos al fuego sin llegar a quemarnos las pestañas. También creo que es una novela que apuesta de forma definitiva por la palabra, por la palabra en su sentido cognitivo más profundo, no como vehículo de una historia sino la palabra como historia misma. Si dejamos de lado el valor de la palabra, del lenguaje, la literatura acabará semejándose cada vez a la imagen y en esa partida tenemos todas las de perder. Si nos limitamos a narrar una historia de forma aséptica convertimos la novela en guión, en pura imagen. En una época en que la imagen tiene un peso atroz la apuesta por la palabra es la apuesta por la literatura de principio.


¿Tienes ya nuevos proyectos?


Tengo una novela acabada y alguna en ciernes. También un libro de cuentos. Me gustaría cerrar en tres novelas un ciclo sobre la memoria y sus mecanismos. La memoria es seguramente el secreto (junto con la vida, el sueño y la muerte) más poderoso que albergamos los seres humanos. Me gustaría escarbar en los mecanismos que hacen que despierten los recuerdos de ese limbo oscuro en el que viven. Cómo funciona la memoria, cómo miente, cómo rellena lo que no ha ocurrido con recuerdos prestados… Creo que es un enigma y un campo de experimentación maravilloso. La memoria y sus secretos daría para una carrera literaria pero me gustaría dar mi granito de arena con este pequeño ciclo.


Muchas gracias, Fernando, por tus respuestas, tu tiempo y tus fotos de la presentación de El golfo de los poetas. Esperamos que el 2010 te sea tan favorable como el 2009, tanto en lo literario como en lo demás.


A vosotros, como siempre, queridos lectores, gracias por estar ahí un semana más.



Cristina Monteoliva



Título: El Golfo de los Poetas


Autor: Fernando Clemot


Editorial: Barataria


Págs: 288


Precio: 17 €



A veces pienso que las casualidades no existen, que tiene que haber algo más para que se den las coincidencias. Tan sólo un ejemplo para reafirmar lo que digo: existen en el mundo lugares mágicos, localizaciones que atraen por igual a novelistas y poetas a lo largo de los siglos. No, no creo que sea casual, pero, ¿qué tendrán estas localizaciones para que resulten tan magnéticos, tan evocadores, tan profundamente inspiradoras? Tal vez lo averigüemos tras la lectura de El golfo de los poetas, la última novela de Fernando Clemot.


El famoso escritor Leo Carver vuelve tras treinta años al Golfo de los Poetas, lugar que marcara su juventud y zona turística italiana ideal para pasar las vacaciones estivales en familia. Sin embargo, las cosas en la familia de Carver no van del todo bien, y ni siquiera la tranquilidad que ofrece un sitio tan bello como éste podrán hacer que las mejoren. ¿Será culpa del sitio y los acontecimientos que sucedieron allí en el pasado? ¿Tal vez Mery, la amiga de Rocío, la compañera de Carver, sea un obstáculo demasiado alto que saltar? ¿O será el propio Carver el que no quiera que las relaciones sean buenas?


El protagonista y narrador de esta historia no es otro que Leo Carver, ese escritor en decadencia que ya sólo escribe best-sellers para mitómanos, el hombre infiel por naturaleza, el que todo tiene que apuntarlo en sus libretas pues ya apenas consigue recordar nada de lo que ha hecho o dejado de hacer recientemente. Se trata éste de un narrador engañoso, demasiado subjetivo, tremendamente influenciado por el alcohol, la autocompasión, los recuerdos que le atormentan desde hace tiempo, la falta de memoria y el egocentrismo. Es un guía atormentado, una sombra de lo que un día fue o él cree que fue, que no deja de darle vueltas a los mismos asuntos, con una intensidad sobrecogedora. A veces parece dirigirse a sí mismo en su discurso, otras veces se dirige a las mujeres a las que ha amado, o más bien, con las que ha compartido lecho, como si de verdad alguna vez le hubieran importado las relaciones que con ella mantuvo.


La mayor parte de la acción tiene lugar en el Golfo de los Poetas, apelativo con el que se conoce al Golfo de la Spezia, un sitio especialmente significativo no sólo para este Leo Carver que vaga sin rumbo por su propia vida, sino para la literatura universal, pues aquí se dieron cita, entre otros poetas e intelectuales, Dante Alighieri, Lord Byron, Percy y Mary Shelley, Cesare Pavese y Marguerite Duras. No sabría decir que atrajo a estos y otros autores justo a este punto geográfico; pero, desde luego, dan ganas de visitarlo después de leer las descripciones que de la zona hace Fernando Clemot, de dar al menos una vuelta por las canteras, las playas y los bares para captar ese magnetismo.


Leo Carver, como decíamos anteriormente, no está sólo en esta idílica localización. Le acompañan, por citar tan sólo algunos de los personajes secundarios, su compañera, Rocío, esa mujer con la que apenas comparte el lecho; Selma, la preciosa hija adolescente de Carver y Mery, ese ser incómodo que no dice ni una palabra en todo el libro, la amiga que se antepone entre Rocío y Carver.


El Golfo de los Poetas, en conclusión, no es tan sólo una obra que nos habla de un hombre decadente y atormentado, un alcohólico sin remedio en busca de la respuesta a una pregunta que lleva muchos años haciéndose, un ser que en realidad no quiere cambiar, sea cual sea esa respuesta; sino también un lugar al que acudir cuando queramos plantearnos hasta qué punto nos engaña nuestra memoria, cuanto de cierto hay en la percepción que tenemos del mundo o porqué nos empeñamos en distorsionarlo todo a nuestro antojo. ¿Acaso no te lo cuestionas tú también a veces?


Nunca he estado en el Golfo de los Poetas, tal vez debería ir un día allí. O tal vez no, porque puede que el sitio real no me agrade tanto como el que he conocido en esta novela. Lo que sí puedo decir es que merece la pena adentrarse en El Golfo de los Poetas de Fernando Clemot. ¿Te lo vas a perder?



Cristina Monteoliva


miércoles, 16 de diciembre de 2009

ENTREVISTA DE GUILLERMO ARRÓNIZ PARA "GENERACIÓN.NET" SOBRE "EL GOLFO DE LOS POETAS" ( 12/11/09)



La novela El golfo de los Poetas crea y destruye un mundo en siete días, como dice la historia bíblica que nos creó Dios, desde el cielo y las estrellas hasta la pareja humana. También aquí se pasa desde una llegada más o menos idílica de vacaciones con el cabeza de familia recuperándose de no se sabe qué accidente o enfermedad, a un final digamos que brutal y cruelmente humano. Por no decir más. El lector descansa el séptimo día y “disfruta” de lo que ha leído, dejándose que se pose después en su espíritu como lo hacen las arenas removidas del fondo del mar. Porque la novela es un torbellino espiritual que deja el corazón tocado hablándole de la memoria, los recuerdos dolorosos e infectados del pasado y los recuerdos recientes y sangrantes. El saber hacer literario de Fernando Clemot acaba de ser premiado con respecto a su última colección de cuentos. Es un magnífico momento para que, desde la alegría, nos hable de este libro triste:

Ellibrepensador: Enhorabuena por tus recientes laureles. ¿Cómo te sientes?

Algo sorprendido con lo del premio Setenil al mejor libro de relatos. Me consideraba ya bastante halagado con que Estancos del Chiado estuviera entre el grupo de finalistas y quedar ganador por delante de libros de cuentos tan buenos como los de Jon Bilbao, Millás, Molina Foix o Bonilla me hace sentir muy bien. Creo también que es una buena noticia para las pequeñas editoriales, el libro fue publicado en una editorial pequeñísima, con una distribución manual y ha superado a otros libros que no tenían nada que ver con este perfil. Parece que queda un pequeño espacio para las editoriales independientes y para los nombres nuevos. Por ello doblemente satisfecho.


El: ¿Qué significa para ti la memoria y qué papel juega, en tus palabras, en El golfo de los Poetas?
La memoria es posiblemente uno de los campos más amplios y desconocidos de la inteligencia humana. Sabemos qué es pero no conocemos demasiado cómo funciona. Por otra parte la memoria rescata recuerdos que permanecían a oscuras de una forma que a menudo podría parecer arbitraria, podemos estar contemplando una farola y que esa contemplación nos rescate el recuerdo de una boda de hace veinte años o la entrada del colegio al que íbamos de niños. Entrelazamos recuerdos de forma caótica o desordenada pero creo que simplemente desconocemos los mecanismos profundos de la selección de recuerdos que realiza nuestro cerebro.
Para un novelista la explicación de esta aparente arbitrariedad o la simple constatación de ella puede dar alimento suficiente para una carrera literaria. La memoria representa en estos momentos una aventura para cualquier escritor, nos debería poner los pelos de gallina, como a aquellos exploradores de mitad del XVI que observaban un globo vacío en un mapa con el nombre de “terra incógnita”

El: ¿Cómo puede un hombre tan joven vestirse de un ánimo tan cansado, tan devastado como lo está el del protagonista? ¿Algún método Stanislavsky para escritores?
No, la verdad es que no he utilizado ningún método para meterme en la piel de un personaje tan desgastado como Leo Carver. La observación y experiencias personales bastan para elaborar una personalidad como la de Carver. El alcohol y el desengaño, la heroicidad y la miseria moral las encontramos expuestas en cualquier rincón. En cualquier bar podemos encontrar a alguien que nos contaría una historia que superaría a la que se cuenta en El golfo de los Poetas.

El: ¿Es mejor recordar u olvidar el dolor?
El dolor es una experiencia intrínseca al hombre. Lo sentimos desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte. No lo podemos rodear. Quizá la mejor actitud ante ella es trivializarlo, convertirlo en algo cotidiano, el dolor convertido en rutina no asusta tanto, se deshace como un azucarillo en un mar de aburrimiento. Sería conveniente verlo como algo tan natural como la felicidad o la apatía.

El: Siempre se ha dicho que de las equivocaciones se aprende, de hecho un método de aprendizaje lleva el nombre “ensayo-error”. ¿Tú crees en esa afirmación o eres de los que piensas que el hombre, no sólo es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, sino que está eternamente condenado a darse de bruce con el suelo como consecuencia de encontrarse con las mismas chinas una y otra vez?

El hombre es un animal tan orgulloso que raramente toma nota de sus errores con lo que se condena a repetir de forma continua los mismos, como en una cinta de Moebius. Socialmente a algunas conductas erróneas incluso se las condecora diciendo de ellas que pertenecen a personas “con carácter” que serían las personas que ahondan una y otra vez en los mismos errores y carencias. En este aprendizaje estamos en la cola de cualquier especie, pero esa misma arrogancia nos hace a la vez interesantes.

El: ¿Qué mensaje final debemos extraer de tu novela con respecto a las meteduras de pata del pasado y la relación con los recuerdos?

Quizá mejor que un mensaje final me gustaría que el lector pudiera empatizar con el personaje central, no se trataría de que le cayera simpático si no más bien que contemplara con atención un descenso a los infiernos lleno de contradicciones y visajes. Me sentiría muy bien si la historia llegara a alguna fibra sensible del lector, lo que se cuenta no es tan importante como lo que me gustaría que se pudiera llega a sentir.

El: ¿Qué ha sido para ti lo más complicado en esta obra: la estructura, el personaje, la historia?
La historia la tenía más o menos clara desde el principio, había hecho un pequeño guión y lo seguí casi al dedillo con alguna pequeña variación surgida a medida que escribía. En cuanto a la estructura creo que es sencilla: siete días y siete capítulos, una narración monopolizada por un personaje central poco fiable. Estaría entonces la mayor dificultad en la creación del personaje, en darle solidez pero hacerlo también impredecible. Creo que la mayor dificultad que es la personalidad de Carver es también la mayor virtud de El golfo de los Poetas.

El: Si tuvieras que quedarte con uno, ¿con qué poeta del círculo de los románticos visitantes del Golfo te quedarías?

Shelley o Byron conectarían muy bien con la esencia de Carver. Los ingleses fueron personajes barrocos, excesivos, que en largas fases de su biografía se enfrentaron a las convenciones morales de su época. En eso creo que hacen de espejo a la historia, como un reflejo en el mar de la misma historia que se narra en El golfo de los Poetas.

El: Hay, de hecho, en tu novela, momentos muy muy poéticos como cuando describes la luna reverberando en las canteras de Carrara, de las que ha salido tanta belleza… ¿amante inconfeso de la poesía? ¿O sólo coherencia interna de la novela?
El hecho que el personaje central sea un escritor me permitía jugar con un lenguaje, si se quiere llamar así, más alambicado, en el que me siento también bastante cómodo. El lenguaje es parte fundamental de la literatura, si nos limitamos a escribir crónicas o imitar el lenguaje periodístico en la literatura ésta acabará convirtiéndose en guiones o en puro periodismo, en imagen al fin y al cabo y en una pugna de imagen contra imagen siempre vencerá la televisión o el cine. La lucha porque el lenguaje tenga peso por sí mismo, tenga una significación que muy a menudo se rechaza, es uno de los tableros de juego en los que se está moviendo el futuro de la literatura de los próximos años.

El: ¿Qué duelen más, los hijos o los amores sentimentales?
Para poder valorarlo tengo que esperar a tener hijos… Pero imagino que un hijo tiene una carga afectiva mayor ya que en ellos se eclosionan todas las formas de afecto.
Entrevista publicada en la revista Generación.net. El texto se puede ver en la versión pdf de la misma: http://issuu.com/generacion/docs/revista_papel/7?mode=a_p

DOS VIDEOS SOBRE LA ENTREGA DEL PREMIO SETENIL AL MEJOR LIBRO DE RELATOS ( Murcia, 10/12/09)




THADER, TELEVISIÓN DIGITAL ( EMITIDO 11/12/09)

http://www.thaderdigital.es/noticias.aspx?FrmIdCat=1&Pagina=Directa&PaginaDireccion=1&FrmIdNoticia=5813

THADER, TELEVISIÓN DIGITAL ( EMITIDO 10/12/09)

http://www.thaderdigital.es/noticias.aspx?FrmIdCat=1&Pagina=Directa&PaginaDireccion=1&FrmIdNoticia=5797

martes, 8 de diciembre de 2009

VIDEO SOBRE ESTANCOS DEL CHIADO EN TV3 ( Telenotícies Cap de Setmana, 6/12/09)


Vídeo sobre Fin (David Monteagudo) y Estancos del Chiado ( Fernando Clemot) en TV3 ( Telenotícies Cap de Setmana y 24 hores) el pasado 6 de diciembre


http://www.tv3.cat/videos/1767269

martes, 1 de diciembre de 2009

AUDIO SOBRE "EL GOLFO DE LOS POETAS" EN RNE ( Radio 5)





PROGRAMA "LITERATURA EN BREVE" ( RNE-Radio 5) DEL 28 DE NOVIEMBRE DE 2009

Enlace

http://www.rtve.es/mediateca/audios/20091130/golfo-poetas-fernando-clemont-literatura-breve/639623.shtml

CRÍTICA DE JORDI COROMINAS SOBRE "EL GOLFO DE LOS POETAS" APARECIDA EN LA REVISTA CULTURALIA (30 /11/09)




Blues toscano: El golfo de los poetas de Fernando Clemot
por Jordi Corominas i Julián



Hay algo meritorio si un narrador se fija en la influencia que el espacio puede generar sobre sus personajes. Ser humano implica oler y prenderse de las auras que rezuman los lugares. En el caso de Leo Carver, escritor de éxito sumido en una destructiva vorágine, volver al golfo de los poetas es una última oportunidad de encontrarse y cerrar agrias cuentas con sus años mozos. La vida le ha sonreído y el exceso ha sido su fiel compañero de viaje. Sin embargo, entre el vicio múltiple y las noches en blanco emerge un hombre lúcido que en plena edad madura revisita su existencia, balcón al que se asoma desde una casa toscana en la que transcurre sus vacaciones junto a su hija Selma, su segunda mujer, una amiga de la misma y un infinito surtido de licores, dulce y borrosa compañía de angustia y reflexión.
Fernando Clemot(Barcelona, 1970) ha creado una novela centrada en dos ejes de delirio y búsqueda. El primero articula todo el estilo narrativo y desde el empecinado alcoholismo del protagonista surca líneas en las que la confusión del pensamiento se expresa en redundancias amorosas y un deslizarse por marasmos conocidos a los que se vuelve por inercia y un cierto deseo de inmortalidad. Carver está en decadencia pero aun así conserva su halo carismático, lo que le permite tener una solvencia para con los demás que alarga su agonía entre devaneos amorosos, juergas demenciales parecidas a una ejecución cronometrada y un proceder que se sabe patético y sobrevive sólo porque el cuerpo resiste con plena independencia respecto a su dueño, obcecado en acceder a clavijas de su primera edad adulta, factor clave de su quete en pos de alcanzar verdades y saber si la muerte de su gran amor fue un accidente o un fatal error de sexo, drogas y rock and roll. Para descubrirlo y superar un dolor muy profundo quedará con el marginado de su pandilla de la universidad, un jurista con el que comparte abandono y pérdida bajo el signo de trágicas circunstancias ante las que el hombre común poco o nada puede hacer.
Las directrices son claras aunque insuficientes para entender la complejidad del entramado. Si asistiéramos al simple derrumbe de un individuo el libro carecería de mordiente, convirtiéndose en una de tantas historias de inexorable decrepitud y ocaso. Lo vivido por el escritor en su particular vía crucis, resaltado por la división episódica de la novela, tiene una sustancia simbólica que navega por pasado, presente y futuro a través de satélites, los otros personajes, que le permiten deshilvanar o agravar sus conclusiones, como sucede con Anna, estudiante de vacaciones que le recuerda que aun es conocido y apetecible por su talento, bala perdida en su cargador que sacrifica para educar y no perjudicar a sabiendas que irse con él es perder dinero en las carreras y si alguien tiene que arruinarse no son los demás, su competición de deriva es personal e intransferible y quizá por eso a algún lector le puede chocar esa perfecta integridad, la fina capacidad de análisis del descenso al infierno de la soledad y una botella, fiel amante con la que fundirse en una desmemoria insalvable que ni siquiera salvan los apuntes que Carver toma para agarrarse a una inútil tabla de salvación escrita, novela experimental dentro de una obra de corte clásico que pese a ello sabe mantener la tensión e incrementar paulatinamente la intensidad para dar a su sinfonía de la desesperación notas brillantes a tener muy en cuenta.

Fernando Clemot, El golfo de los poetas, Barataria, Barcelona, pp. 286
ISBN 9-788495-764904