La novela El golfo de los Poetas crea y destruye un mundo en siete días, como dice la historia bíblica que nos creó Dios, desde el cielo y las estrellas hasta la pareja humana. También aquí se pasa desde una llegada más o menos idílica de vacaciones con el cabeza de familia recuperándose de no se sabe qué accidente o enfermedad, a un final digamos que brutal y cruelmente humano. Por no decir más. El lector descansa el séptimo día y “disfruta” de lo que ha leído, dejándose que se pose después en su espíritu como lo hacen las arenas removidas del fondo del mar. Porque la novela es un torbellino espiritual que deja el corazón tocado hablándole de la memoria, los recuerdos dolorosos e infectados del pasado y los recuerdos recientes y sangrantes. El saber hacer literario de Fernando Clemot acaba de ser premiado con respecto a su última colección de cuentos. Es un magnífico momento para que, desde la alegría, nos hable de este libro triste:
Ellibrepensador: Enhorabuena por tus recientes laureles. ¿Cómo te sientes?
Algo sorprendido con lo del premio Setenil al mejor libro de relatos. Me consideraba ya bastante halagado con que Estancos del Chiado estuviera entre el grupo de finalistas y quedar ganador por delante de libros de cuentos tan buenos como los de Jon Bilbao, Millás, Molina Foix o Bonilla me hace sentir muy bien. Creo también que es una buena noticia para las pequeñas editoriales, el libro fue publicado en una editorial pequeñísima, con una distribución manual y ha superado a otros libros que no tenían nada que ver con este perfil. Parece que queda un pequeño espacio para las editoriales independientes y para los nombres nuevos. Por ello doblemente satisfecho.
El: ¿Qué significa para ti la memoria y qué papel juega, en tus palabras, en El golfo de los Poetas?
La memoria es posiblemente uno de los campos más amplios y desconocidos de la inteligencia humana. Sabemos qué es pero no conocemos demasiado cómo funciona. Por otra parte la memoria rescata recuerdos que permanecían a oscuras de una forma que a menudo podría parecer arbitraria, podemos estar contemplando una farola y que esa contemplación nos rescate el recuerdo de una boda de hace veinte años o la entrada del colegio al que íbamos de niños. Entrelazamos recuerdos de forma caótica o desordenada pero creo que simplemente desconocemos los mecanismos profundos de la selección de recuerdos que realiza nuestro cerebro.
Para un novelista la explicación de esta aparente arbitrariedad o la simple constatación de ella puede dar alimento suficiente para una carrera literaria. La memoria representa en estos momentos una aventura para cualquier escritor, nos debería poner los pelos de gallina, como a aquellos exploradores de mitad del XVI que observaban un globo vacío en un mapa con el nombre de “terra incógnita”
El: ¿Cómo puede un hombre tan joven vestirse de un ánimo tan cansado, tan devastado como lo está el del protagonista? ¿Algún método Stanislavsky para escritores?
No, la verdad es que no he utilizado ningún método para meterme en la piel de un personaje tan desgastado como Leo Carver. La observación y experiencias personales bastan para elaborar una personalidad como la de Carver. El alcohol y el desengaño, la heroicidad y la miseria moral las encontramos expuestas en cualquier rincón. En cualquier bar podemos encontrar a alguien que nos contaría una historia que superaría a la que se cuenta en El golfo de los Poetas.
El: ¿Es mejor recordar u olvidar el dolor?
El dolor es una experiencia intrínseca al hombre. Lo sentimos desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte. No lo podemos rodear. Quizá la mejor actitud ante ella es trivializarlo, convertirlo en algo cotidiano, el dolor convertido en rutina no asusta tanto, se deshace como un azucarillo en un mar de aburrimiento. Sería conveniente verlo como algo tan natural como la felicidad o la apatía.
El: Siempre se ha dicho que de las equivocaciones se aprende, de hecho un método de aprendizaje lleva el nombre “ensayo-error”. ¿Tú crees en esa afirmación o eres de los que piensas que el hombre, no sólo es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, sino que está eternamente condenado a darse de bruce con el suelo como consecuencia de encontrarse con las mismas chinas una y otra vez?
El hombre es un animal tan orgulloso que raramente toma nota de sus errores con lo que se condena a repetir de forma continua los mismos, como en una cinta de Moebius. Socialmente a algunas conductas erróneas incluso se las condecora diciendo de ellas que pertenecen a personas “con carácter” que serían las personas que ahondan una y otra vez en los mismos errores y carencias. En este aprendizaje estamos en la cola de cualquier especie, pero esa misma arrogancia nos hace a la vez interesantes.
El: ¿Qué mensaje final debemos extraer de tu novela con respecto a las meteduras de pata del pasado y la relación con los recuerdos?
Quizá mejor que un mensaje final me gustaría que el lector pudiera empatizar con el personaje central, no se trataría de que le cayera simpático si no más bien que contemplara con atención un descenso a los infiernos lleno de contradicciones y visajes. Me sentiría muy bien si la historia llegara a alguna fibra sensible del lector, lo que se cuenta no es tan importante como lo que me gustaría que se pudiera llega a sentir.
El: ¿Qué ha sido para ti lo más complicado en esta obra: la estructura, el personaje, la historia?
La historia la tenía más o menos clara desde el principio, había hecho un pequeño guión y lo seguí casi al dedillo con alguna pequeña variación surgida a medida que escribía. En cuanto a la estructura creo que es sencilla: siete días y siete capítulos, una narración monopolizada por un personaje central poco fiable. Estaría entonces la mayor dificultad en la creación del personaje, en darle solidez pero hacerlo también impredecible. Creo que la mayor dificultad que es la personalidad de Carver es también la mayor virtud de El golfo de los Poetas.
El: Si tuvieras que quedarte con uno, ¿con qué poeta del círculo de los románticos visitantes del Golfo te quedarías?
Shelley o Byron conectarían muy bien con la esencia de Carver. Los ingleses fueron personajes barrocos, excesivos, que en largas fases de su biografía se enfrentaron a las convenciones morales de su época. En eso creo que hacen de espejo a la historia, como un reflejo en el mar de la misma historia que se narra en El golfo de los Poetas.
El: Hay, de hecho, en tu novela, momentos muy muy poéticos como cuando describes la luna reverberando en las canteras de Carrara, de las que ha salido tanta belleza… ¿amante inconfeso de la poesía? ¿O sólo coherencia interna de la novela?
El hecho que el personaje central sea un escritor me permitía jugar con un lenguaje, si se quiere llamar así, más alambicado, en el que me siento también bastante cómodo. El lenguaje es parte fundamental de la literatura, si nos limitamos a escribir crónicas o imitar el lenguaje periodístico en la literatura ésta acabará convirtiéndose en guiones o en puro periodismo, en imagen al fin y al cabo y en una pugna de imagen contra imagen siempre vencerá la televisión o el cine. La lucha porque el lenguaje tenga peso por sí mismo, tenga una significación que muy a menudo se rechaza, es uno de los tableros de juego en los que se está moviendo el futuro de la literatura de los próximos años.
El: ¿Qué duelen más, los hijos o los amores sentimentales?
Para poder valorarlo tengo que esperar a tener hijos… Pero imagino que un hijo tiene una carga afectiva mayor ya que en ellos se eclosionan todas las formas de afecto.
Entrevista publicada en la revista Generación.net. El texto se puede ver en la versión pdf de la misma: http://issuu.com/generacion/docs/revista_papel/7?mode=a_p
No hay comentarios:
Publicar un comentario